Áreas de intervención

Adolescencia

La adolescencia es una época de cambios con una importancia crucial en la futura vida de la persona. Los cambios físicos, psíquicos, sociales y la gestión de todo esto, el no saber qué es normal sentir… puede hacer surgir sentimientos de ansiedad.

La inseguridad les hace estar más pendientes de sí mismos, tienen más necesidad de intimidad e independencia, se sienten más controlados por sus padres y pueden reaccionar con rebeldía.

Pero no sólo es difícil para ellos, tampoco es fácil ser padres en estos momentos, cuando a veces surge el sufrimiento y la impotencia de no saber qué hacer ante lo que está sucediendo.

El que puedan encontrar un lugar donde tratar sus malestares es muy importante en esta etapa. Por ello es necesario, que cuando precise una terapia psicológica sea atendido por un psicólogo especializado en el tratamiento de adolescentes.

En este área infanto-juvenil trato dificultades como:
    01.
  • Trastornos de Ansiedad (miedos, fobias, ansiedad por separación, ansiedad generalizada…)
  • 02.
  • Problemas de conducta (desobediencia, conductas desafiantes y/o agresivas…)
  • 03.
  • Problemas de relación familiar
  • 04.
  • Problemas afectivos (depresión, bajo estado de ánimo...)
  • 05.
  • Baja autoestima
  • 06.
  • Déficit en habilidades sociales
  • 07.
  • Problemas escolares (acoso, relación con compañeros, ansiedad ante exámenes, dificultades de concentración, desmotivación...)
  • 08.
  • Dificultades en sueño y/o alimentación
  • 09.
  • Separación o divorcio
  • 10.
  • Duelo
  • 11.
  • Uso excesivo de internet o redes sociales
  • 12.
  • Angustia relacionada con temas sexuales u orientación sexual

Otras áreas de intervención

La edad adulta está llena de conflictos y problemas, a veces se acude a la consulta de un psicólogo cuando los intentos que se han hecho por mejorar la situación no han dado los resultados esperados y generan sentimientos de ansiedad, angustia o preocupación intensa.
Los niños a veces, no son capaces de manejar determinadas situaciones y manifiestan su sufrimiento de distinta forma que los adultos, por ejemplo a través de quejas somáticas con dolores de cabeza, barriga, vómitos, cambios en el comportamiento habitual, dificultades en el sueño…